lunes, 29 de diciembre de 2008

Las estrellas ya no me hablan...


De lo que fueron en algún momento mis lágrimas
Solo quedaba algo de sal, iluminando el suelo estéril.
Mi suspiro se esfumaba en el viento mientras mis brazos
se rendían y mis piernas se negaban a caminar.
Algo se movía entre las cenizas de ese fuego que una vez

Calentó mi cuerpo y me hizo sentir la vida corriendo por mis venas.
Que será lo que aún vive entre lo inhóspito? entre toda esta hostilidad?


Las espinas clavaban mi garganta, 

mis gritos de desesperación habían ya retumbado mis oídos y cuarteado mi voz
pero algo seguía moviéndose entre la maldad
Que será? La curiosidad me tentaba
pero ya no me quedan fuerzas ni para pensar,
no quiero imaginar que pasara en mi futuro…
Me detengo, trato de escuchar mi corazón y nada!
No veo el camino de vuelta a casa, las estrellas ya no me iluminan!
-Los míos me han abandonado!-Pensé mientras apretaba mis puños, empecé a golpear el suelo una y otra vez, mis nudillos sangraban y el suelo se teñía del rojo intenso de mi sangre


-Me muero de desesperación! - Exclame a los cuatro vientos
pero ya ni tiene sentido gritar, en este planeta no hay nadie que me escuche
Que hago? Me pregunté mientras seguía sintiendo ese “algo”
que se movía entre las cenizas,
Me decidí a escarbar con el último rocío de fuerzas que tenía mi alma, enterraba mis dedos en la arena  y la arena se incrustaba entre mis llagas.


Al cabo de unos minutos lo encontré
era un pequeño “ser” por así llamarle,

parecía una oruga pequeñita y tierna,  pero de luz ta intensa que deslumbró todo mi ser.


Me miraba con los ojitos más hermosos que había visto en mi vida
El simple hecho de verla me hacía sentir felicidad
-Como te llamas?-me atreví a preguntarle
ella movió su cuerpecito suavemente

como tratando de acurrucarse en medio de tanto dolor
me sonrió tiernamente,
haciéndome sonreír a mí también por primera vez luego de tanto tiempo
sin darme cuenta se me había olvidado todo lo anterior:

-Mi nombre es esperanza!- al fin me contestó.