Tu mirada me penetra,
me eriza los sentidos,
me susurra al oído y me roza la piel.
Tu mirada tiene el poder
de hablarme sin palabras
de tocarme en la distancia
y de perderse conmigo.
Tu mirada me lleva a lo
prohibido
a un mundo escondido
entre dos pupilas
muy cerca de las
estrellas y casi tocando la luna.