Todos creemos saber tanto sobre la vida, pero la verdad es que todos estamos improvisando. Ninguno sabe a conciencia más allá de las experiencias que ha vivido en este planeta.
Nadie sabe lo que hace, nos creemos sabios y con capacidad de juzgar por nuestra propia percepción del bien y el mal y de lo moral e inmoral. Vivimos una vida esquematizada por nuestros ancestros, sometidos a un sistema construido por otras generaciones, pero la verdad es que ninguno de nosotros ha estado aquí antes que la mente pueda recordar para saber realmente que es lo que debe hacer. Somos como niños experimentando el juego de la vida y aprendiendo a vivir, la vida es un viaje y al final tal vez solo importa vivir y hacerlo lo más hermoso posible para uno mismo y para todo aquel que nos rodea.
Mi deseo es que este viaje, tu viaje y mi viaje sean tan puros y placenteros como sea posible, que conozcamos y vivamos plenamente el amor y la felicidad, pero también el dolor y la tristeza porque sin ellos no seríamos humanos y quizás nos perdiéramos gran parte de la enseñanza y belleza de esta existencia.
Mi deseo es que cuando estemos en la orilla y listos para partir podamos hacerlo con una gran sonrisa en el alma porque aunque no sabremos qué pasará luego de que dejemos atrás este estuche, al menos sí supimos lo que fué vivir, poseer un cuerpo y ser humanos durante esa fracción de segundo en que nos tocó poblar este bello planeta.
Laura Veloz